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sábado, 6 de julio de 2019

"CALILLA", SEXTA PARTE


SEXTA PARTE

GORGONA, HISTORIAS HABLADAS

INTERREGNO

No es tan fácil reconstruir la memoria histórica, más aún cuando desde el análisis de lo no sabido y no contado, se tiene que acudir al victimario y que sea precisamente él, quien pueda contar la verdad, eso resulta contradictorio y paradójico, pero de todas maneras sus experiencias e historias se convierten en testimonios, la naturaleza del aislamiento, el dolor físico y mental, la incapacidad para reaccionar antes y después del suplicio, todo esto lo recojo para ir reconstruyendo el pasado; a eso acudo y esa es la única alternativa que me queda después de haber confrontado sus historias con las de mis otras fuentes incluyendo la de mi padre, qepd, que por días y noches mientras lo tuve a mi lado, pudo  satisfacer la necesidad de darme a entender y a saber y de su inagotable memoria, el intríngulis de la violencia gaitanista en el pequeño villorrio escenario de este cruento suceso. La mejor manera de saber si el camino es el correcto, es con el análisis de la confrontación de las verdades a medias contra las verdades plenas. "A veces las mentiras son necesarias cuando la verdad es muy difícil de creer", es como ir sumando y restando, al final la verdad tiene que salir ganando. Esa premisa es la que se usa jurídicamente en los acuerdos de paz, "verdad, justicia y reparación" ¿Y quienes dicen la verdad?__  Tienen que ser los mismos victimarios confrontando la verdad con la de las víctimas, es así como funciona la justicia transicional, desgraciadamente en el actual proceso de paz no se ha dado.
No estoy juzgando a nadie, ese no es el objetivo de mi trabajo como redactor, eso ya lo hizo la justicia en su sabiduría, lo que estoy tratando de hacer es reconstruir la verdad histórica, la memoria histórica con un acervo de vivencias acaecidas y olvidadas en este pueblo y en esa determinada época anterior y ulterior, y digo olvidado, porque así sucedió, el Estado después de que propició y empujó la violencia Gaitanista e inundó de sangre principalmente el sur y centro del país incluido Belalcázar Caldas y cuando la guerra cesó por un largo tiempo  mirando hacia otras fronteras de la patria, nuestro pueblo quedó marginado, olvidado y sólo aparecía como un pequeño punto en el mapa de la geografía Colombiana, pasaron varios lustros, décadas quizás, para que el Estado se acordara que Belalcázar aún existía con las secuelas de la violencia, el dolor  de sus muertos y sus gentes deshumanizadas. Todos los Belalcazaritas quedaron con sus "cuerpos vulnerados", porque jamás hubo un reconocimiento, una reparación y lo más grave, la verdad también quedó vulnerada y olvidada.

"Y el sueño no se duerme sino que camina
con mirada frenética clamando el tiempo"
Óscar Wilde

[Después de 30 largos años no olvidé la idea y el compromiso adquirido con "Calilla" y conmigo mismo, aunque fue muy difícil porque tuve momentos indecisos, logré dejar en unas letras esta historia no escrita y olvidada de Belalcázar, la cual me he propuesto recogerla en pedazos muertos y dispersos para luego revivirlos y dejarlos plasmados en esta crónica narrando la verdad de lo que por mucho tiempo ha sido guardado celosamente por sus propias gentes al través de los años, esta historia tiene que continuar porque no puede quedar inconclusa, otras vivencias tendrán cabida en mis páginas porque la riqueza histórica de Belalcázar y sus gentes al través de los tiempos es inconmensurable.
Al volver la mirada después de casi cuarenta años de ausencia me preguntaba que quería hacer y a dónde quería llegar con mi regreso, empecé a visitar la Casa de la Cultura y su biblioteca, descubrí que mi pueblo no tenía pasado, las vivencias y sus gentes sin historia estaban invisibilizadas, y quise con gran anhelo reconstruir su memoria pero jamás recibí un respaldo sincero de las autoridades del municipio; eso era un gran proyecto literario, implicaba problematizar la noción de la sociedad Belalcazarita y cómo o de qué manera podríamos acercar su pasado al presente desde lo marginal hasta lo más importante. Eso es lo que deseo hacer para devolverle a sus gentes su pasado].

Esta historia continuará... 
   


1 comentario:

  1. Señor Rubén, no se imagina la emoción que sentí al leer su crónica, he tenido la fortuna de leersela a mi padre, hermano de José de Jesús Naranjo alias "CALILLA" soy Gloria Constanza Naranjo Gallego hija de Sigifredo Naranjo Torres, quién muy conmovido por la historia, le envía un afectuoso saludo cargado de mucho agradecimiento, al cual me uno con gran fervor.

    Me sentí muy identificada con sus palabras, con su sentir respecto a la poca memoria histórica recopilada y sobre todo, me sentí identificada cuando habla de su padre pues yo aún tengo la fortuna de disfrutar de las historias que el mío reaviva en su memoria, él tiene 90 años, y un gran repertorio de recuerdos, así que... tiene un testigo directo de esa historia que se debe conservar.

    Dios lo bendiga!!

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