POEMA LÚBRICO
Al libar tu boca me enloquezco,
y voy bajando muy despacio
hasta llegar al valle de mis sueños,
allí logré desde el otelo de Venus
mirarte extasiado entre paredes rojas,
y saciar mi sed en la fuente del gran eros,
y de tu jardín pleno en estío,
tomar el néctar lujurioso de la vida.