MAESTRO
Si Dios me obsequiara un trozo de vida pasada lo aprovecharía para abrazar a mi Maestro, le pediría que me ayudara a practicar lo que él un día me enseño...
"A escribir el odio sobre el hielo y esperar a que se derrita para que el rencor no se anide en mi alma".
Si mi Maestro viviera me estaría diciendo: "No dejes de pasar un sólo minuto sin decirle a la gente lo mucho que la aprecias y que cuán equivocado estoy al pensar que dejo de enamorarme cuando envejezco..., sin saber que envejezco cuando dejo de amar".
Me diría: "Ten hijos y dale alas y deja que ellos solos aprendan a volar".
Con su cansina pero clara voz me diría: "La muerte no llegará con la vejez sino con el olvido".
Creí por tantos años que la dicha estaba en vivir encima de la montaña, hasta que encontré un párrafo de nuestro nobel Gabo que decía "La felicidad está en aprender a escalarla"...
Mi sabio Maestro me enseño a no desperdiciar la oportunidad de aprender de todos los Maestros que me encontrara en mi largo camino por la vida.
Alguna vez me inquirió antes de irse para siempre de mi pueblo: ¿Por qué tiraste a la basura lo que un día te enseñé...?
Los Maestros son nuestra primera luz, la bitácora de la vida, ojalá el Estado algún un día entienda que la patria se edifica sobre la educación y la formación de su pueblo.
Son los Maestros pilares esenciales de la transformación del país si queremos ciudadanos respetuosos con su Estado de Derecho, cuyas sagradas premisas son la democracia, la libertad y la justicia.
La palabra Maestro es sustancial..., porque es sentimiento, amor y vocación y porque está metida en el alma. Los grandes Maestros fueron y son pensadores y..., Maestro fue JESÚS.
Para mi hija Maestra Cynthia y mi cuñada Elizabeth
Para mi Maestro Héctor Osorio Quintero, donde quiera que esté, él me enseñó a vivir, a ser y a pensar para luego escribir lo que vivo, lo que soy y lo que pienso.
Para todos los Maestro de mi país y del mundo.
ETERNO ABRAZO
