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domingo, 4 de diciembre de 2016

¡EL POEMA QUE NO TUVO FINAL...!



EL POEMA QUE NO TUVO FINAL

¡El miedo era otro, el temor, 
el temor de no sentir más...!
A no permitir que un segundo
se encargara de la huida, a que
huyeramos de nosotros mismos
y que el deseo se materializara 
para siempre...
Y para enmarcar la increíble escena
me inventé una luna tan bella como la
real, ella cómplice filtraba su tenue luz
alumbrando nuestros desnudos cuerpos 
sólo cubiertos por la inmoralidad de la pulsión, 
ese deseo incontenible de la líbido a mil por hora.
¡Pero, no pude más...!
¡Tenía que ponerle punto final a estas líneas...!
Después de este cierre, sentí un gran vacío al no
tener la motivación para seguir escribiendo.
A la siguiente noche, la adorable mujer de mis sueños
desapareció para siempre, y la historia quedó en letra muerta...