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domingo, 21 de mayo de 2017

ENSAYO..."La desaprensión por la paz"


LA DESAPRENSIÓN POR LA PAZ


Nací hace sesenta y cinco años antes que tú y mucho tiempo después de muchos, tuve el privilegio de llegar y vivir en un hermoso país llamado Colombia, nací en los inicios de la guerra marcada por el desarraigo de la libertad y la desaprensión por la paz, vine en medio de una confrontación fratricida desatada por los terratenientes contra los "desarrapados" y respaldada a bala por el Estado.
Hoy, después sesenta y cinco años de vida y después sesenta y cinco años de tragedia en esta patria, los dominadores logran mantener al pueblo-pueblo osea a los miserables estratificados y con los lazos en su patria rotos, enfrentados unos con otros para poder lograr sobrevivir en un país impropio y ajeno; sólo aquellos o unos pocos que por su talento, su ambición o su astucia logran ascender en la escala social se habilitan, pero las mayorías condenadas a la inexistencia estatal, se invisibilizan.

"Esta fue nuestra tierra
antes de ser nosotros de esta tierra,
fue nuestra más de un siglo
antes de convertirnos en su gente..."

La estigmatización es una utopía en una verdadera democracia, pero para volverla pluralista se inventaron la odiosa estratificación, que no es más que una pirámide de clases sociales en una escala de degradación hacia abajo y gradación hacia arriba, surgió con ello la conciencia negativa de las altas clases sociales incapaz de construir lazos de solidaridad con los desarrapados de un escalón abajo de la pirámide.

"Poseyendo unas cosas que aún no nos poseían,
poseídos de aquello que ya no poseímos..."

Que se puede esperar en los años jóvenes (1880-1930) cuando la nación se convirtió en una república conservadora y coadyuvada por la Iglesia Católica y los armados terratenientes prohibieron la lectura, las reuniones públicas de más de cinco personas consideradas sublevación contra el Estado, el país fue educado en el racismo, la intolerancia, la mezquindad como estilo de vida y la violación contra los derechos de los ciudadanos.
La iglesia Católica emprendió una persecución contra las parejas unidas en amor libre y sus hijos fueron estigmatizados y oprimidos ¿Cómo puede germinar el amor y el respeto recíproco en un país donde el odio y el señalamiento infame, la discriminación de los indios y los negros, estos..., últimos en el escalón de la pirámide, con actos espurios considerados por la Iglesia Católica como amor y respeto a Dios...?
Así fue como la Iglesia Católica y la república Conservadora representada por los militares contribuyeron en Colombia a algo muy parecido a lo sucedido en la edad media, nunca hubo algo tan tenebroso en ninguna parte del continente Americano.
Han pasado muchos años y con grandes reformas constitucionales, pero aún hoy, en un país que es laico el poder conservador y la iglesia hablan de dogmatismos y quieren regirse más por la inquisición de la edad media que por la constitución.
Pero también hay que destacar que las nuevas generaciones han empujado el cambio y se ve venir con mucha fuerza la renovación social, un país menos racista, más incluyente, más participativo y menos conservador, más liberal y más de todos.
Espero con mucha expectativa lo que pueda pasar en las próximas elecciones tan polarizadas por la consecución de la paz; quién lo diría, la paz polarizando, desuniendo, distanciando cada vez más a la nación, esto sí es una perogrullada; lo que sí está seguro, es que no bastarán unos votos a favor o en contra de..., si no hay inclusión social, la recuperación de los perdidos valores en la sociedad, la libertad de expresión y de conciencia, la educación obligatoria y gratuita, para que podamos erradicar definitivamente la ignorancia, la manipulación, la intimidación y el fanatismo, caldo de cultivo de unas pocas familias políticas dueñas de los partidos tradicionales que se han repartido el poder, que fanatizaron y manipularon a la opinión pública durante décadas apoyados en acciones non santas, legalizando los ejércitos privados, cooptando la justicia, financiando las campañas políticas con dineros del narcotráfico. 
El pueblo siempre será una amenaza para sus sucios intereses contra la nación y lo seguirán utilizando como escudo protector en sus propias guerras, lo pondrán a marchar en nombre de un gran líder llamado Vargas Lleras o De la Calle Lombana o un Neo Uribista y peor aún un Comunista como el retrógrado Petro, o la burguesa Clara López que prometerán salvar a la nación, se refrendarán nuevos y espurios discursos en las calles para exacerbar los ánimos de sus áulicos, no dirán las cosas por su nombre sino que las disfrazarán como bien saben hacerlo.
Y mientras tanto algún libre y buen ciudadano de a pie, entonará en la esquina de la plaza de cualquier pueblo perdido de Colombia la canción del cantor Guillermo Buitrago:

"Yo quiero pegar un grito y no me dejan,
yo quiero pegar un grito vagabundo..."


Bibliografías.
William Ospina
Memoria Histórica de Colombia.