MÍ PAISAJE Y SUS
CONTRASTES
(Belalcázar)
Si pudiera elegir dónde
volver a vivir, elegiría con seguridad mis memorables paisajes; el campo en el
invierno desolado, elegiría las calles de mi pueblo que son anteriores a mí y a
todos.
Los paisajes vienen a mi
memoria desde hace treinta o más años cuando las verdes montañas con sus
hermosos árboles ocultaban al cielo; sin embargo, la naturaleza a veces es
cruel con mi mirada, los momentos son tan rápidos y fugaces que una tarde
enardecida por su ocaso apenas dura unos minutos pero se queda para siempre en
mis recuerdos; en los fríos y tempraneros amaneceres las calles y balcones de
mi pueblo están solos como nidos abandonados.
Aquí en este universo la
pesada brizna de la noche traslapa en la mañana la neblinosa oscuridad que no
cesa, estarán siempre los pájaros posados en mí ventana y la lluvia incesante
cae sin medida, la muerte de algunas hojas secas y mojadas se desprenden de los
árboles, y va creciendo el día con lamentos de seres sin guarida.
¡Ah, si después de no
estar en esta vida pudiera elegir donde quedarme…! Elegiría mi memoria y los
recuerdos, robaría las calles a mi pueblo, el eterno paisaje de mi entorno, el
rojo y enardecido ocaso, el bravo amanecer en el oriente, los sonidos de mi
huerta en la lluvia, la levedad de mi silencio a media noche y la vivencia
histórica de mí pueblo.