LO QUE MÁS DURA ES UN INSTANTE
Con el paso de los años va llegando el olvido, se lleva los detalles, se desdibujan los contornos, el tiempo cubierto de palabras y silencios recrea lo vivido teñido de otros colores y matizados por la nostalgia.
Pero en ese transcurrir continuo la memoria guarda muy cerca del corazón, personas, situaciones y actitudes que nos enlazan a lugares, encuentros y desencuentros.
Cada uno podrá pintar los recuerdos con los diferentes tonos de la experiencia vivida, colores e intensidades que cambian y se modifican de corazón a corazón.
Pero, hay un paisaje común donde el tiempo y el olvido no logran encontrarse, un paisaje grabado para siempre con la fuerza de la fragilidad de los lazos del afecto...¡ La sincera amistad...!
Es ahí donde se encuentran arrinconados y apretujados en cada resquicio del corazón por donde se cuelan las nostalgias, las viejas vivencias, los pasajes de la vida y quedan para siempre enmarcados en recuerdos imborrables.
Cada uno de nosotros vamos tejiendo sucesos buenos o malos, momentos que sólo duran un instante y son tan fugaces como un rayo de luz, pero perduran para siempre en la memoria, ni la oscuridad logra ocultarlos.
Lo que más dura es un instante, un estrecho abrazo con nuestro mejor amigo, un te quiero sincero es sólo una palabra que dura segundos, pero es un eco que perdura toda la vida, un beso de despedida, es sólo un roce de labios pero, quizás sea el último, un adios cuánto dura...? Nada, pero puede ser para siempre.
¿Cuánto dura decir... te amo...? Un instante, yo llevo amando 40 años y no sé cuántos más...
Por todo lo anterior lo que más dura es un instante.
