NEVADO DEL RUIZ
Montañas elevadas...
empinadas paredes de mi pueblo,
cortinas andinas de bello paisaje montañero,
Nevado del Ruiz que al amanecer de una mañana
fría y negra salpicó las escarpadas y erizadas soledades
en avalancha de escalofríos y silencios.
No me asustan los truenos ni las lluvias y menos
la sangrienta y negra fumarola en la espectral montaña,
así haya cerrado los caminos polvorientos del
algodón y del ganado...
Quiero conocer lo que pasa más allá del frío, más allá del
viento helado, más allá de la eterna nieve que te cubre...
Han renacido los montes en la muerte y la primavera canta
su alegría, el agua vuelve a ser materia viva y una hierba escondida
resucita, todo es aroma del café ya moteado.
Bajo el vuelo enlutado de los cóndores los pájaros se despiden del silencio,
la montaña vuelve a ser territorio amable sanando las cicatrices de la tierra.
Y en la cima de los Andes el hombre invencible viene al suelo a arar la tierra
empobrecida de cenizas y de llanto, a desenterrar las esperanzas levantando la
cabeza sin miedo y sin tristeza comienza de nuevo a levantar su rancho.
