REMEMBRANZAS
Un
día cualquiera de un año cualquiera, pero muy lejano, cansado de la vida,
maltrecho de no hacer nada, me decidí a escribir en serio; no fue fácil
hacerlo, pero me eché a narrar estupideces para yo mismo leerme y contarme
cosas; sentado en cualquier rincón de la casa escribía y escribía, y advertí
que era bueno con la imaginación pero no lograba plasmar una sola oración,
cuando joven comencé en el periódico mural del colegio, recuerdo que se llamó “La
voz del estudiante”, del cual fui su fundador con otros compañeros hoy ausentes
de mi vida pero no de la memoria. Hoy ya con muchos años encima trato de
mirarme hacia dentro, veo un camino recorrido sin muchos méritos y demasiados
desengaños. ¿Y qué tiene que ver lo de arriba citando mis escritos: ¿Poemas y
crónicas, ensayos y cuentos? Todo, desde aquel rincón cualquiera ocupado de la
casa, hasta el logro de haber escrito más de mil poemas, un sinnúmero de
crónicas y otros textos, de haber dejado de escribir para leerme y contarme
cosas y lograr traspasar esa frontera de la inseguridad, y comenzar a narrarle
a la gente cosas, tal vez estúpidas, pero al final llegarle como lo he venido
haciendo desde muchos años atrás.
Advertí
que requería de un perfil y me decidí por el más difícil, la poesía, entendí
que necesitaba de un aliento para iniciarme, y es ahí donde la mujer comenzó a
ocupar un importante espacio en mi vida, y para mi propia perplejidad fueron
sus ojos la luz donde por primera vez logré crear un poema:
OJOS
TRISTES
Parece
que todo terminó, y tú lo sabías,
y
sabías que no me podía quedar en tu
vida,
tus ojos tristes mirarán hacia otro
lado,
no puedo verte llorar…
Luego
otro espacio surgiría en mi vida, pero tendría que empezar por desandar el
camino, regresé después de 30 o más años al suelo donde nací, al pueblo de mis
mayores, al villorrio de mis traviesas cuitas de niño y joven:
TUS
PERMISIVAS CALLES
En
la penumbra de tus permisivas calles
con
una borrachera a cuestas como
un
perro que alza la pata me orine en
en
la soledad de tus fríos postes…
Nosotros
los poetas somos la palabra, simplemente me eché a escribir y punto…