Vistas de página en total

sábado, 29 de octubre de 2016

RECORDANDO A MI PUEBLO



RECORDANDO A MI PUEBLO


BELALCAZAR

"Es la sierra más hermosa que se alza entre dos ríos,
es mi pueblo muy querido, es mi villa Belalcázar,
en un marco de colores y acuarelas refulgentes,
los paisajes son tan bellos que el poeta se estremece".



Engastado sobre el verde lomo de una delgada y hermosa sierra, se encuentra el "Balcón del Paisaje", allí, en una exuberante bifurcación de la gran cordillera Andina, e influenciado por el río Cauca que discurre por un profundo cañón de sur a norte y el río Risaralda que como característica trasciende sus aguas por un idílico valle de norte a sur, único río en Colombia con esta trayectoria.
Este es mi pequeño pueblo Belalcázar; volver a recordar la tranquilidad de sus empinadas callecitas de calicanto y piedra, aquellos viejos amigos, aquellas hermosas mujeres, algunas de ellas novias de este enamoradizo casanova, aquellos establecimientos, las bullangueras fiestas de navidad y de la cosecha, en fin, de la vieja vida en general.
Ya las sonoras campanas de la antigua y bella iglesia no resonarán como antes en mi corazón, y el verde y moteado campo repleto de azahares no tendrá los mismos aromas, ni el horizonte los mismos destellos que tenía en mi infancia cuando las ilusiones se teñían de distintos colores. Hoy, deseo que se aviven en la memoria con toda la fuerza de mis recuerdos aquellos días cuando no contábamos los largos años y tampoco nos importaba los nuevos que llegaban, sólo, las vacaciones y ese veinticuatro de diciembre tan corto y pasajero.
Es verdad que las pequeñas historias de nuestro pueblo se empiezan a desvanecer y esos destellos que son como una forma de vida por unos motivos o por otros se han ido quedando en los rincones enmohecidos del olvido, quizás por las nuevas maneras de vivir, por los cambios necesarios de los tiempos o por la desidia en mantener viva la memoria histórica de nuestro pueblo.
Miro atrás, hacia mis primeras imágenes de Belalcázar y recuerdo aquellas gentes maravillosas, los personajes innatos y pintorescos, los bobos del pueblo, el vivo, la loca, el borracho empedernido, en fin a "Luisa Torres", aquella negra fenomenal y musculosa con su pienso encima de la cabeza guardado en una olla inmensa más grande que su torso, luego el personaje sui generis de todos y creo que para mi concepto la leyenda, "MURRIO" no existió otro igual, este hombre sencillo y oportunista como ninguno, refranero, cuentero, circunstancial, inmenso, tuvo que haber dejado una huella imperecedera en los anales de las historias que se tejieron al lado de nuestros personajes,"Majin" el hombre fuerte que era capaz de vencer a un novillo y tumbarlo con sus potentes brazos, "Repeso" el menudito enano bonachón y querido por el pueblo, "Tolosamee" un trotamundo capaz de transportar diez novillos del potrero arreándolos hasta el matadero él solo, "La perra de Medellín" una loca brava que arremetía contra todo el mundo, "Paisanito" el mandadero del pueblo, "Patecacho" el eterno vendedor de "Libardo el panadero" otro patriarca respetable y buen amigo, "Patiancho", "Gigio" y "Panelo" repartidores de cerveza de don Enrique Herrera y de este servidor, son muchísimos más los bellos personajes que nos regalaron una historia y que de una u otra manera dejaron su legado para la posteridad. Este pueblo era más pequeño y más bonito, lo que ocurre es que el Belalcázar evocado de mi niñez no es como realmente fue, sino como ahora lo sueño y lo seguiré soñando.


En las noches frías que subían del valle,
los amantes se esparcían por las calles del pueblo,
se estremecía el viento y las estrellas sonreían
socarronas en las sombras de la noche...
¡noche, sombra hasta el fin en la larga oscuridad,
a media luz, la luna me hacía compañía...!