Vistas de página en total

martes, 4 de abril de 2017

LA VIDA Y EL TIEMPO



¡VIVIR SIN HABER NACIDO O MORIR SIN HABER VIVIDO...!

Mi vida ha sido un mar de inquietudes asombrosas, unas veces hermosas y valiosas, otras, dolorosas y desesperadamente irracionales, sin embargo, hoy siento que mi vida está por comenzar.
Es como un nuevo amanecer, como cuando se escribe un poema y se cambia una letra para que se altere toda la idea, así es mi vida..., un segundo y se troca la historia.
Ojalá Dios me oyera para pedirle un milagro, aunque la vida misma es un milagro, o un don, no sé, pero es algo grande, es tan grande el acontecimiento de nacer como el de morir.
¿El tiempo y la vida, será lo mismo?
El tiempo se escurre entre mis manos como el agua, y la vida se diluye ante mi asombro, así, inexorablemente, y el tiempo se acaba y la vida se va detrás siguiéndole los pasos.
Pero también se renueva, creo yo, vuelve de donde nadie viene.
¡O será que la vida y la muerte son lo mismo?
¿Ésta, prolongación de aquella, o viceversa?
De la muerte misma, de la vida misma.
De abajo, de más abajo, más profundo, más hondo, de donde han podido llegar mis demás vidas, de allá de los confines de la creación.
Y de nuevo yo dispuesto aquí a respirar, a charlar con mis necedades cotidianas, velando un sueño del que jamás despertaré.
Mis apretujados recuerdos de decenas de años, de cientos o miles de años deambulando entre freáticas estancias nocturnas, en largas y frías noches escribiendo poemas de amor desesperados, tratando de que algunas líneas de mis sucios escritos pudieran ser rescatados.
Hoy por fin pertenezco a la sociedad (comunidad) de los poetas muertos, aquellos que escribieron miles de versos y dilapidaron horas y ríos de tinta, rollos de hojas de papel mojado por el frío sudor del abandono.
Seguiré pensando entre humanos, divagando entre poesías, esperando el chasquido llamado de la muerte, para volver a nacer entre utopías dentro de mil años.