EN LA EMPINADA CALLE
¡Dicen que los amantes se vuelven a encontrar,
en el camino nos hemos de volver a ver entonces...!
En la misma esquina donde nos conocimos y perdimos,
en el beso que no fue y que no se dio.
Allí, debajo del bello monumento en aquella soleada tarde
donde frente a frente permanecimos en silencio,
nos veremos en cada segundo que pasa, en el tiempo que
vuelve y en mis bellos poemas donde te digo te amo y que
guardas como un tesoro, en tus infondos y bellos ojos
negros,
en el aliento de tu exquisita y sensual boca de labios
temblorosos
y esquizofrénicos.
Hemos dejado señales de este loco amor por donde hemos
pasado, en
las esquinas permisivas y oscuras de estas calles que vibran
con tus te
quiero y que tienen bien guardados tus gemidos, aun siguen
ahí como si
nada, ni el tiempo logra borrarlos.
Después del largo camino recorrido, tú en el tuyo y yo en el
mío; no
podemos esperar tanto en la vida, busquemos la oportunidad
de darnos
una bienvenida.
Estaremos nosotros solos, no más los dos en la misma esquina
de
aquella vieja y empinada calle, a la misma hora donde
solíamos
abrazarnos, besarnos y amarnos, solos los dos...
¡Lástima que el destino no nos dio nada, amor de a poquito,
medido y a
ratos, y tuvimos prisa, por eso no tenemos tiempo de darnos otra vida!
Belalcázar
febrero de 2018
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