PESADILLA
Cuento
Cuando cierro los ojos y empiezo a mirar hacia dentro (dormir), nace
en mí la noche con su umbrosa pesadez, otro mundo distinto al día lleno de hoyos negros, donde por sus vórtices se engullen todos mis sueños, ése es el otro lado de mí que nunca duerme. Manos largas que salen de la nada, ruidos de muertos, fantasmagóricas sombras de gente medio muerta que siguen allí esperando turno para morirse de verdad; sobre el distante claroscuro de la luna, aparecen las almas milenarias pidiendo clemencia; siempre me he preguntado si la maldita “huesuda” es hombre o mujer, o ambos monstruos a la vez, no sé, para mí que es mujer, porque es cauta, calculadora y precisa, tiene dedos largos e inciertos por donde se sumen en destellos la últimas angustias. Pienso si estoy despierto o dormido en medio de esta pesadilla, y eso es más terrible todavía no saber si estas aletargado o simplemente medio muerto, es como un interregno entre la vida y la muerte, de toda forma soy el espectador de una espeluznante velada en un escenario de desolación y muerte. Cuando por fin despierto de estar medio dormido, me doy cuenta de lo aferrado que estoy a la vida…
en mí la noche con su umbrosa pesadez, otro mundo distinto al día lleno de hoyos negros, donde por sus vórtices se engullen todos mis sueños, ése es el otro lado de mí que nunca duerme. Manos largas que salen de la nada, ruidos de muertos, fantasmagóricas sombras de gente medio muerta que siguen allí esperando turno para morirse de verdad; sobre el distante claroscuro de la luna, aparecen las almas milenarias pidiendo clemencia; siempre me he preguntado si la maldita “huesuda” es hombre o mujer, o ambos monstruos a la vez, no sé, para mí que es mujer, porque es cauta, calculadora y precisa, tiene dedos largos e inciertos por donde se sumen en destellos la últimas angustias. Pienso si estoy despierto o dormido en medio de esta pesadilla, y eso es más terrible todavía no saber si estas aletargado o simplemente medio muerto, es como un interregno entre la vida y la muerte, de toda forma soy el espectador de una espeluznante velada en un escenario de desolación y muerte. Cuando por fin despierto de estar medio dormido, me doy cuenta de lo aferrado que estoy a la vida…
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